
Analizar el Futsal y entenderlo es uno de los grandes puntos que, en este espacio, Gabriel Kraizer va a intentar descifrar, así también como las comparaciones que surgen con el fútbol de 11 y el ideal de incluir al Futsal como un deporte más dentro de la sociedad.
Por Gabriel Kraizer (Profesor Nacional de Educación Física)
Entender al deporte de competencia como un juego reglado únicamente sería abordar algo muy complejo desde una perspectiva bastante relativa. En la historia de la humanidad la práctica deportiva entre pares ha ido evolucionando con la propia evolución de los hombres. Tal es así que el actual dominio de la tecnología ha llevado a un replanteo sobre las posibilidades que ofrecen estos avances confrontando con los más conservadores que sostienen que su inclusión llevaría a la perdida de la verdadera esencia del deporte.
El Futsal es un deporte que fue inventando primordialmente para practicarse en territorios de temperaturas bajas y como una alternativa más dinámica al fútbol que todos conocemos. Es tal el protagonismo y su constante crecimiento que hoy se debate su inclusión en la agenda olímpica de Londres 2012. Sin dudas el acercamiento de los apoyos empresariales y la mediatización son los ejes de que un deporte surgido por una necesidad llegue a marcar una tendencia globalizada.
En Argentina el Futsal tal como lo conocemos hoy cumple tan solo sus bodas de plata (25 años) pero ha sido tan vertiginoso su desarrollo en los últimos 5 años que nos hace reflexionar sobre las posibilidades que la disciplina genera a futuro. Es importante destacar de todas maneras que en comparación con el Fútbol de cancha de 11 hoy el Futsal corre con muchísimas desventajas. En primera instancia porque el porcentaje de participantes contra el “´futbol grande” podría aparejar un 90% a 10% (datos aproximados, no basados en ningún estudio científico) y en segundo lugar, pero no menos importante, aún el desarrollo de medios televisivos (entendiendo a estos como la posibilidad de expresar la disciplina) es insuficiente.
En contraposición a lo que sucede en el país hacemos referencia a lo que ocurre en Brasil, donde el Futsal no solo es un deporte de igual o más importancia que el futbol grande sino que está inmerso dentro del ámbito escolar como asignatura obligatoria. Justamente es la escuela responsable de la socialización secundaria de los niños quien a través de su currícula y sus proyectos educativos institucionales le agrega un “plus” al deporte y a su vez se apoya en él para llevar experiencias dentro de la práctica.
¿Podremos hacer del Futsal en Argentina un deporte inclusivo? ¿Podrá nuestra disciplina ser un espacio donde los niños, no tan niños y adultos desarrollemos el concepto de la competencia entendiendo el ganar y perder como una consecuencia? ¿Entenderemos los docentes, coordinadores y entrenadores de esta actividad las etapas evolutivas de los jugadores sin exigir alteraciones forzadas? Seguramente estos y más interrogantes son pocos y es el mayor deseo de quien escribe estas líneas que estas ideas alguna vez sean reflexionadas entre todos.
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