
UNA LASTIMA. El jugador de SHA no tuvo suerte en Europa.
Rodrigo Sardo tiene 21 años y juega en la Reserva de Hebraica. Hace dos semanas le surgió la posibilidad de ir a jugar a un equipo de la Serie B de Futsal de Italia. Puso los botines en la valija y enfiló para Europa, pero no todo fue color de rosas y tuvo que pegar a vuelta.
Por Jonathan Steingard
Todos los jugadores tienen el sueño de vivir del fútbol, o en este caso del futsal, y a Rodrigo Sardo se le estaba por cumplir el sueño. A través de un contacto suyo, le surgió la posibilidad de ir a jugar futsal a un equipo de la Serie B de Italia y sin dudarlo un segundo armó sus valijas y rumbeó para el viejo continente.
Cuando llegó allá las cosas no fueron como las esperaba, el equipo no era el que le habían prometido y el sueldo era menor al pautado, ambos, factores fundamentales que hicieron que Rodrigo tome la decisión de viajar. Lo quisieron llevar a otro equipo, de menor jerarquía, pero Sardo al no ver seriedad y un proyecto serio, decidió bajarse y pegar la vuelta.
No lo conformaba el hecho de ganar menos dinero y estar en un club de categoría inferior al que habían arreglado, por lo tanto, así como fue, tuvo que volver a la Argentina y regresar a Hebraica, que lo esperó con los brazos abiertos.
Hoy en día, se entrena con los jugadores de la Reserva de Hebraica y tiene como objetivo claro pelear el título hasta el final. Fue una baja importante, pero ahora se transformó en un nuevo refuerzo del equipo dirigido por Gabriel Kraizer que aspira en grande.
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